Según la OMS, «la ansiedad es un estado emocional displacentero que se acompaña de cambios somáticos y psíquicos, que puede presentarse como una reacción adaptativa, o como síntoma o síndrome que acompaña a diversos padecimientos médicos y psiquiátricos».
Los pacientes que experimentan un cuadro de ansiedad padecen una inquietud mental constante y continuada por lo que sucederá mañana. Esta preocupación puede tomar diversas formas de expresión.
En ocasiones, la persona anticipa un posible peligro que no se basa normalmente en hechos objetivos de su experiencia presente, sino en hechos subjetivos o mentales, que le hacen temer irremediablemente el que en los próximos días acontezcan sucesos negativos que ellos anticipan como ciertos o muy probables.
Esos miedos a lo que sucederá mañana o próximamente generan a veces manifestaciones de insomnio por la constante rumiación en los pensamientos negativos que pueden acontecer. Otras veces, estar psicológico o interno de esta ansiedad, se suman manifestaciones somáticas, como temblores, sudor frío, taquicardia y, si la ansiedad es de tipo panicogénico, incluye la falta de aire, la opresión torácica y un miedo momentáneo pero muy intenso de enloquecer o morir.
Es evidente que en la ansiedad, como en todos los problemas psicológicos o mentales, hay grados de intensidad o de gravedad, que orientan el cuadro hacia un lado o el otro. Y es posible diagnosticar desde un trastorno de ansiedad generalizado, hasta un trastorno de pánico con o sin agorafobia, pasando por diagnósticos de fobias comunes, obsesiones o incluso trastornos de personalidad que tienen en su base una evitación ansiosa.
Tratamiento ansiedad Psicólogos Móstoles
Como siempre digo que los diagnósticos no son lo que cuentan, sino que lo que cuentan son los tratamientos o intervenciones, porque es lo que al paciente le libra de su malestar.
En este caso, las intervenciones irían dirigidas a extinguir el pensamiento obsesivo cuando lo hay o las creencias negativas irracionales para que el paciente deje de anticipar consecuencias negativas y, por otra parte, orientado a la realización de importantes técnicas conductuales, de relajación, orientadas a bajar el estado de activación neurológica del paciente, que está muy elevado y debe de aprender a relajarse valiéndose de las técnicas psicológicas de relajación, que son muy útiles y eficaces cuando se practican con destreza y diligencia por parte del terapeuta y con atención sostenida por parte del paciente.
Antiguas técnicas que han demostrado su eficacia, como el entrenamiento autógeno, las técnicas de Jacobsson o las técnicas de visualización guiada, acompañadas por técnicas cognitivo conductuales como el EMDR, el mindfulness o la terapia de Aceptación y compromiso (consideradas estas como terapias de última generación con excelentes resultados), consiguen relajar la ansiedad de los pacientes y enseñarles pautas de cómo generalizar ese estado positivo de relajación.
En Omega Psicología, centro de psicólogos en Móstoles, nos preocupamos de que cada paciente que padezca ansiedad tenga un tratamiento específico según sean las variables de manifestación de su ansiedad y según los contextos en los que se desarrollen o se inicien; pero también atendemos a las variables de personalidad que condicionan el padecer ataques de ansiedad o preocupaciones y obsesiones muy recurrentes debido a que a veces existen rasgos de personalidad que predisponen a la preocupación ansiosa y anticipatoria de sucesos negativos. Nuestros pacientes están en buenas manos por la especificidad de nuestros tratamientos para la ansiedad.